lunes, 15 de diciembre de 2014

Hoces del río Duratón

Fotografía nocturna. Esposición de 500 segundos iluminada por la luna llena


    Viajábamos desde Asturias camino de Castilla la Mancha para fotografiar los molinos de viento de Consuegra y de Campo de Criptana. Yo había visto fotos de este impresionante lugar en libros y en internet y, aprovechando que íbamos a pasar cerca, ¿Por que no desviarnos un poco de la ruta y hacer unas fotos a este impresionante Meandro?

    Así lo decidimos y así lo planeamos. Llegaríamos al enclave elegido por mi, a las 6 y media de la mañana. Lo justo para buscar el encuadre, hacer alguna fotografía nocturna y luego fotografiar el amanecer.

    Eran las 6 de la mañana más o menos cuando abandonamos todo rastro de civilización y nos metimos con el coche por un camino lleno de piedras, baches, rocas, y barro. Vamos, Lo que en Asturias se conoce como una “caleya”. Pero una caleya de las malas malísimas. Después de más de cuatro kilómetros circulando en primera y en segunda marcha por aquellos caminos cada vez más estrechos, guiándonos con el móvil y su “google earth”, llegamos a un sitio donde el coche ya no podía seguir más. Era imposible. Había que decidir; dar la vuelta sin la foto o caminar a pie bajo la luz de la luna llena, por aquella dehesa que desconocíamos y no sabíamos que “bichos” nos podríamos encontrar por el camino.

    Como no podía ser de otra manera, decidimos continuar a pie. Cogimos todos los bártulos y nuestras linternas y nos dispusimos a caminar dirección al río, guiándonos por el teléfono, inmersos en aquellos cortantes y congelantes 3 Grados bajo cero.


    Tal y como si hubiese sido obra de un milagro, después de todas las peripecias y contratiempos, llegábamos a la hora planeada. Aquello era imponente. Asustaba tanta grandiosidad, y eso que aun era de noche. Después de varios minutos buscando un encuadre, encontramos un sitio que nos gustó, así que preparamos los trípodes y las cámaras.... Y cual fue mi sorpresa; "aquello era tan grande que el encuadre que yo llevaba en mente desde casa no me entraba en una sola toma". Y eso que tenía puesto un Objetivo de 10 mm. No me quedaba mas remedio que, para cada foto, hacer varias tomas en vertical y unirlas posteriormente en casa mediante Photomerge.

Fotografia panorámica realizada a partir de 7 tomas verticales de 10 segundos cada una, minutos antes
de que el sol saliese por el horizonte.


    Dos horas y media mas tarde ya había salido el sol y nosotros ya teníamos nuestras fotos hechas. Había que recoger y salir de allí dirección a Castilla la Mancha. Pero que hubiésemos terminado de hacer nuestras fotos no quiere decir que nuestra aventura hubiese finalizado ahí. De la que caminábamos en dirección a donde teníamos el coche, nuevamente guiados por el teléfono, nos encontramos con unos “señores”. Unos señores con trajes de camuflaje que portaban unas grandes escopetas. Miré a mi alrededor y entonces fue cuando lo vi. Aquel letrero ponía “Coto privado de caza”.  Habíamos estado haciendo fotos en medio de una cacería. Ellos nos miraron pero no nos dijeron nada. Ni siquiera un “buenos días”. Se dieron la vuelta y se fueron en otra dirección.

Para hacerse una idea de lo enorme que es este cañón,
basta ampliar la foto anterior un 400% para poder apreciar
las ruinas de este monasterio.


    Cuando llegamos al coche, congelados por aquellos 3 grados bajo cero, vimos otro cartel. Un cartel que no habíamos visto a las 6 de la mañana por culpa de la poca luz. Un cartel que ponía que ESTABA PROHIBIDO EL PASO. Subimos al coche y nos fuimos de allí a toda prisa escuchando a los Guns ´n Roses y contentos por salir de allí vivos y con la foto. Justo después de salir del camino y pisar suelo asfaltado, empezó a nevar como si no hubiese mañana.


Glendor Díaz Suarez

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