Aprovechando que las predicciones meteorológicas eran favorables y había una alta probabilidad de que en el cielo se formaran colores fantásticos, preparamos la salida fotográfica. Llegamos al lugar hora y media antes de la puesta de sol. Suficiente para probar diferentes encuadres y distintas posibilidades antes de que el espectáculo comenzase.
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| © Glendor - Fine art photographer |
Por ser un lugar tan grandioso, opté en esta ocasión por las fotografías panorámicas. casi todas ellas formadas por la unión de 4 o más fotografías verticales. Según el sol iba bajando y los colores del cielo iban cambiando, yo iba cambiando de lugar y de encuadres. Así tendría diferentes puntos de vista con diferentes momentos de la puesta de sol.
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Tampoco podía irme para casa sin una foto de este fantástico "menhir" que emerge del agua grandioso como queriendo tocar el cielo. Todo en ese lugar es mágico.
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Después de que el sol se puso por el horizonte, durante unos pocos minutos, una explosión de colores rosados y violetas recorrió el cielo, para luego ir desapareciendo poco a poco. Fue en ese momento cuando pude hacer la mejor foto de la tarde. La foto que había ido a buscar.
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Ya tenía la foto que quería. La foto deseada. Solo faltaba hacer la última panorámica, desde unos metros mas allá, aprovechando los últimos resquicios de luz que el día, y aquella puesta de sol, nos había brindado.
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Glendor Díaz Suarez
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